Cuando abrimos nuestro primer telón en 2018, lanzamos al aire una declaración que ahora resuena con la fuerza de los años vividos: «hemos venido a Valencia a sembrar arte». Siete temporadas después, el mirto florece también en nuestro pequeño universo teatral, y con él llega la intuición profunda de que 2025 será el año de la gran cosecha. Una temporada que llevará la esencia del mirto en cada función, en cada encuentro, en cada latido compartido entre el escenario y las butacas.
Hemos cultivado una programación que abraza la diversidad como un jardín abraza la lluvia: variada en sus formas, inclusiva en su espíritu, mestiza en su alma, con espacio sagrado tanto para las nuevas creaciones que despuntan como brotes tiernos, como para los maestros veteranos que aportan la sabiduría de sus raíces profundas.
Esta temporada mantiene intacta nuestra mirada comprometida con lo social, con esa actualidad palpitante que nos interpela.


























